
Ocurrió durante la comida, cuando en esos instantes el restaurante contaba con un importante número de personas que disfrutaban de la comida dominical. En un abrir y cerrar de ojos el intrépido animal atravesó las cristaleras del restaurante y penetró en el interior.
Durante su veloz carrera estuvo a punto de llevarse por delante a una camarera que se encontraba embarazada.
Afortunadamente nadie resultó herido, salvó el desafortunado ciervo, que por la sangre del suelo se supo que salió herido.
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