
El marido, llamado Le Van, comenzó a dormir sobre la tumba de su mujer tras su muerte en 2003, pero que cerca de 20 meses después, debido a la lluvia, el viento y el frío, decidió cavar un túnel para "dormir con ella". Desde este momento sus siete hijos impidieron por todos los medios que éste visitara la tumba, pero sus intentos no sirvieron para nada. Y es que Le Van, aprovechó durante una tarde de noviembre del pasado 2004, para desenterrar los restos de su esposa y llevárselos a su casa, donde ha permanecido los últimos cinco años.
El hombre, protagonista de esta verdadera historia de amor, se define como " una persona que hace las cosas de manera diferente” y que por tanto, no es “como las personas normales".
Fuente: Cope
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