
El sorprendente caso, descrito por los médicos como síndrome de Lázaro, se presentó en la madrugada del martes, cinco horas después de que la mujer hubiera sido declarada médicamente muerta en la clínica donde había sido ingresada el lunes en estado grave por una enfermedad neurológica.
"Los instrumentos electrónicos a los cuales se encontraba conectada la paciente marcaban que no tenía presión arterial, ni frecuencia cardiaca", señaló el médico Miguel Ángel Saavedra, de la clínica donde fue atendida la mujer.
El galeno explicó que después de que el médico a cargo y la enfermera jefe firmaran el acta de defunción, el personal de una funeraria se llevó el cuerpo para prepararlo para sepultarlo.
"Cuando se le iba a hacer la aplicación del formol, la paciente comienza nuevamente a respirar y a tener movimientos", narró Saavedra al telenoticiero CM&, al que dijo que "no hay una explicación científica para el hecho".
La mujer, cuya identidad se mantuvo en reserva, fue ingresada nuevamente en el mismo hospital y se encuentra en estado de coma.
Un caso similar
Algo parecido ocurrió en Barranquilla. El 8 de diciembre, Anatilde Serrano Ortega, de 54 años, fue internada en una clínica por problemas cardíacos. La declararon muerta. Cuando empezaban a velarla en casa en el barrio Las Malvinas, resucitó.
Sus familiares la llevaron a la clínica, y ante los temores de que allí no le daban la debida atención, la llevaron a otro centro asistencial, pero horas después falleció definitivamente.
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