El ejemplar permanece en un congelador a la espera de que un veterinario
lo examine, determine su procedencia y despeje las incógnitas sobre el
origen de un animal cuyo hallazgo ha alimentado el debate más allá de
las fronteras de Llanera de Ranes, donde fue encontrado.
Los cazadores
no habían visto nada igual y algunos expertos, tampoco. "Es totalmente
factible que se trate de un cruce entre un jabalí y un cerdo doméstico,
un híbrido. Son dos subespecies de la misma familia europea y se dan
varios casos de procreaciones con descendencia", explica Salvador
Argente, biólogo de Xàtiva.
Los vecinos de la localidad donde el animal
fue abatido, después de haber saqueado un campo de melones, descartan
que se haya criado en Llanera y nadie ha reivindicado su propiedad. "O
es de otro pueblo o lo han traído de lejos, aquí nunca se había visto
algo igual". El presidente de la Sociedad de Cazadores, que participó en
la batida del animal, afirmó ayer que un veterinario se encargará de
examinar al jabalí supuestamente cruzado para determinar su origen y si
es comestible o no. "Si lo es, haremos una cena para que coma todo el
pueblo", indicó Rafael Martínez.
Los expertos consultados consideran
muy probable que el animal se criara en una cuadra o en el corral de
alguna vivienda, dada la claridad del pelaje que lo caracteriza. "Parece
que haya perdido buena parte del pelaje. Resulta una presa muy fácil
para los cazadores y su tamaño, unos 1,20 metros de largo, tampoco
ayudan: es muy difícil que haya estado mucho tiempo salvaje", sostiene
Argente.
Otras fuentes apuntan a que podría tratarse de un cimarrón -un
animal doméstico que se escapa de sus amos y se asilvestra-. Se han dado
casos de cerdos liberados en el monte que tienden a parecerse a los
jabalís salvajes, adoptando un tono oscuro. El ejemplar de Llanera no lo
ha adquirido, pero su forma y el hocico alargado lo asemejan al jabalí.
"Hay cerdos normales que pueden superar 200 kilos, no puede descartarse
tampoco que se trate de un ejemplar "raro", con atributos impropios de
su especie -igual que hay personas más altas de lo normal-, porque los
jabalís no tienen ese peso", mantienen.
Pese a la disparidad de
opiniones, en algo coinciden biólogos y cazadores: "Sus características
lo convierten en un ejemplar muy peligroso: es casi como un caballo,
pero en estado salvaje y sus patas son cortas y ágiles", sostiene el
biólogo Salvador Argente.
La última de las hipótesis apunta a que el
animal llegara junto a su amo desde otro país cuando era una cría y, al
crecer, fuera abandonado en la localidad.
Fuente: El Mercantil Valenciano
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