Nuevas observaciones apuntan que Fomalhaut b, un
mundo situado a 25 años luz y cuya existencia fue puesta en duda por los
científicos, es real.
El planeta extrasolar Fomalhaut b, situado en la constelación Piscis Austrinos
a 25 años luz de la Tierra, fue descubierto en noviembre de 2008 por la
aguda vista del telescopio Hubble. Se trataba del primer mundo
fotografiado en luz visible alrededor de otra estrella. Estaba ahí,
escondido dentro de un enorme anillo de escombros que rodea su estrella
anfitriona. Sin embargo, muchos científicos rechazaron la existencia del
planeta, que creían imposible. Sin más pruebas en su favor, Folmalhaut b fue eliminado de la lista de nuevos mundos descubiertos más allá del Sistema Solar. Pero el planeta ha vuelto a aparecer. Una revisión de los datos del Hubble ha reanimado la hipótesis de su existencia. El estudio sugiere que es un mundo raro y posiblemente único que está completamente envuelto por el polvo.
Cuando fue descubierto, Fomalhaut b era el primer
exoplaneta en ser fotografiado directamente, dentro de espectro visible,
alrededor de otra estrella. El objeto apareció justo dentro de un
enorme anillo de escombros que rodea de forma desplazada la estrella
anfitriona. La situación del planeta y su masa -no más de tres veces la
de Júpiter- parecían adecuadas para que su gravedad explicase la
apariencia del anillo.
Estudios recientes han afirmado que esta interpretación
planetaria es incorrecta. Basándose en el movimiento aparente del objeto
y la ausencia de una detección infrarroja por el telescopio espacial
Spitzer de la NASA, señalaban que el objeto no es más que una nube de polvo no relacionada con ningún planeta.
Un nuevo análisis, sin embargo, lleva a la conclusión de que este planeta ha vuelto a la vida.
«Aunque nuestros resultados desafían seriamente el descubrimiento
original, lo hacen de una manera que en realidad clarifican la
interpretación del objeto y dejan intacta la conclusión principal, que Fomalhaut b es un planeta masivo», afirma Thayne Currie, astrónomo de la Universidad de Toronto.
En el estudio original, se decía que el brillo de Fomalhaut
b variaba en un factor de dos, evidencia de que el planeta estaba
agregando gas. Pero otras investigaciones posteriores interpretaron
esta variabilidad como prueba de que el objeto era en realidad una nube de polvo en un lugar transitorio.
En el nuevo estudio, los científicos volvieron a analizar
las observaciones del Hubble sobre la estrella a partir de 2004 y 2006. A
diferencia de las investigaciones anteriores, el equipo descubrió que
el planeta se mantuvo en constante brillo. El equipo intentó detectar
Fomalhaut b en el infrarrojo usando el Telescopio Subaru en Hawai, pero
no pudo hacerlo. Que Subaru y Spitzer no pudieran detectarlo implican
que Fomalhaut b debe de tener menos de dos veces la masa de Júpiter.
Integrado en el polvo
Otro asunto polémico ha sido la órbita del objeto. Si
Fomalhaut b es responsable del desplazamiento del anillo, entonces debe
de seguir una órbita alineada con el anillo y moverse a su velocidad más
baja. La velocidad descrita en el estudio original parecía ser
demasiado rápida. Además, algunos investigadores argumentaron que
Fomalhaut b sigue una órbita inclinada que pasa a través del plano del
anillo.
Utilizando los datos del Hubble, el equipo de Currie
establece que Fomalhaut b se mueve con una velocidad y una dirección
coherente con la idea original de que la gravedad del planeta está modificando el anillo. «Dado
lo que sabemos sobre el comportamiento del polvo y el entorno en el que
se encuentra el planeta, pensamos que estamos viendo un objeto
planetario que está plenamente integrado en el polvo en lugar de una
nube de polvo que flota libremente», afirma el miembro del equipo John
Debes , astrónomo del instituto científico Space Telescope en Baltimore,
Maryland.
Un artículo sobre estos hallazgos ha sido aceptado para publicación en la revista The Astrophysical Journal Letters.
Fuente: ABC
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