Este descubrimiento, desarrollado por los profesores John Parnell y Joseph Michalski y basado en el cráter McLaughlin, sería hasta el momento la mayor evidencia que existe sobre esta materia. Este espacio de 2 kilómetros de profundidad y otros 92 de diámetro tendrían claras muestras de un ambiente húmedo en sus puntos más profundos.
Los datos recogidos por la nave Mars Reconnoaissance Orbiter (MRO) muestran un elemento en especial, una serie de rocas planas que contienen minerales de arcilla y carbonato que habrían sido modificadas por la presencia de agua. Esta zona sería incluso, según la NASA, el lugar idóneo para que se gestara vida.
Sin embargo, a pesar de que se han encontrado todos los ingredientes necesarios para que nacieran microorganismos, todavía no se sabe si existían las condiciones ambientales necesarias. Los investigadores encargados de este trabajo se enfocarán ahora en esta área, en la cual podría ayudarles otras herramientas como el rover Curiosity.
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